Hoy les quiero contar una historia. Tal vez muchos me irán a decir que no debía contarlo, que no debía escribirlo, pero al final siempre llego a la misma conclusión cuando lo analizo: todo el mundo se horroriza de las cosas que ven en los noticieros, no solamente sobre bullying, sino sobre violencia, abusos, maltratos, y cualquier otra cosa mala o fea para la sociedad. Todos a viva voz se rasgan las vestiduras diciendo "cómo no dijo algo", "cómo no hizo algo" cuando escuchan que luego de la tragedia alguien en realidad previamente sabía lo que pasaba, pero no se animó a contar. Pero al momento de que esas personas puedan hacer algo o decir algo, se quedan callados, o cuando alguien realmente quiere hacer algo o decir algo, le dicen que se calle, "que no hacía falta comentarlo", "que para que hacer que la gente se entere", etc. Se entiende la hipocresía de la situación, no?
Hace un par de meses, unas compañeritas de un curso X de la institución X, se tenían que juntar a hacer un trabajo. Se juntaron una vez, y a la segunda vez una de ellas no pudo ir. Por ese simple hecho, sus ex compañeras de grupo comenzaron a tratarla mal, insultarla, difamarla, etc, frente y entre los demás miembros de ese curso. La niña en cuestión, bien aconsejada por sus tutores, comenzó a ignorar completamente a sus agresoras y a cualquiera que se prestara a la manipulación que estas ejercían en los demás para ponerlos en su contra.
El tiempo pasó, y casi dos meses después, en lugar de mitigarse la situación, en realidad se hacía cada vez más evidente. La completa ignorancia de la niña hacía que sus agresoras enfurecieran aún más y continuaran con el hostigamiento por redes sociales, la difamación en la institución, audios y mensajes por whats app, etc. La madre de la niña estaba al tanto de todo, pero no quería intervenir al ser esta, para bien o para mal, docente del curso donde asistía su hija, y por ende, docente de las alumnas que la maltrataban. Pero luego de ver que habiendo pasado dos meses, la situación se agravaba en lugar de mejorar, tomó la decisión de cambiar de curso a su hija, para evitar así que el acoso continuara y evitar también tener problemas en su trabajo, ya que infería que alguna vez, si esas alumnas se sacaban una mala nota, podrían llegar a querer justificarla diciendo que la docente lo hizo a propósito en base a la situación de ellas con su hija.
La docente decidió firmemente cambiar a su hija a pesar de los planteos con los que se encontraba. Además, entregó todas las pruebas que a lo largo del tiempo había logrado colectar, ya que cuando se dió cuenta que la situación se agravaba, comenzó a guardar capturas de pantalla del celular de su hija, audios, fotos de los bancos rallados con insultos, cartas, etc. Todos esto debería haber sido agregado al acta confeccionada en primera instancia y quedar como prueba de que lo que se estaba planteando no era una simple pelea entre chicos, sino que esto iba más allá.
Asimismo, la docente aconsejó a la institución que se tomen medidas para hablar con los chicos, aconsejarlos, hacerles entender que lo que estaban haciendo esas niñas y también en diferentes situaciones otros miembros del curso, NO SE HACE y no está bien.
A pesar de que las victimarias fueron habladas, y en el caso de una de ellas, enfrentada a la víctima, y a pesar de que ellas reconocieron las pruebas y lo sucedido, aún así, luego de que la víctima fuera cambiada de curso, como si ella hubiera hecho algo malo, como si la que estuviera en falta fuera ella, a pesar de ello, el hostigamiento a continuado.
Ojalá prontamente la institución tome medidas al respecto, no solo por este caso, sino por todos los que hay que no se solucionan ni se tratan y que pueden terminar en una situación muy grave que podría haberse evitado. Como también se podría evitar que, de seguir el bullying, el hostigamiento y el acoso que sufre la víctima, su madre, docente de la institución, tenga que ver su trabajo perjudicado seguramente si ella concurre, en última instancia, con todas las pruebas, a un juzgado de menores para que ellos tomen cartas en el asunto.
En resumen, esperemos que las autoridades hagan lo que tienen que hacer, que los padres comprendan la gravedad de lo que sus hijas hacen, y que la institución tome con seriedad este tipo de situaciones que NO SON UN JUEGO y no se pueden tomar como si simplemente fuera una broma entre adolescentes.